Terapia de habilidades parentales

El concepto de competencia parental hace referencia al conjunto de capacidades prácticas que permiten a los padres o cuidadores,  cuidar, proteger y educar a sus hijos, respondiendo de manera adecuada a las necesidades cambiantes de éstos en función de su desarrollo (Barudy & Dantagnan, 2005; Rodrigo, Cabrera, Martín-Quintana, & Máiquez, 2009)

Estas competencias pueden verse obstaculizadas por diversos estresores de carácter psicosocial (condiciones socioeconómicas, ausencia de redes de apoyo, violencia de pareja, problemas de salud mental, etc.) (Di Lauro, 2004) y/o por falencias en la historia afectiva y relacional de los padres (Barudy & Dantagnan, 2005) que pueden incidir en la configuración de prácticas parentales que no favorecen la protección y respeto pleno de los derechos de infancia.

La terapia de fortalecimiento de habilidades parentales se encuentra enfocada a fortalecer  diversas capacidades individuales de los padres o cuidadores para facilitar el desarrollo físico, afectivo, intelectual y social de sus hijos. Entre tales competencias destacan la capacidad para generar un vínculo de apego seguro con los hijos; la capacidad y el interés por estimular el desarrollo psicológico y social a través de la conversación y el juego, entre otras actividades; la capacidad para ofrecer medios adecuados y oportunos para la satisfacción de necesidades de los hijos; la capacidad para supervisar y controlar el comportamiento de los hijos mediante la imposición de normas claras y consistentes orientadas a su protección, etc.